"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

viernes, 17 de noviembre de 2017

Las figuras satánicas del rock ¿recurso publicitario o pactos con el demonio?

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La proliferación de imágenes satánicas en el rock no es cuestión de propaganda, 
sino que se asocia íntimamente a la estructura del género musical y al fin que pretende,
la glorificación, por masas de jóvenes, del Ángel caído.

El rock tiene una larga historia de satanismo, si no es que nació satánico.
Se ha comentado muchas veces que el rock es satánico y que muchos estrellas han sobresalido porque han hecho un pacto con el demonio, incluso hay algunos testimonios de personas que han sido llevadas a ver el infierno y se encontraron con algunos personajes del rock ahí.

jimmy hendrix

También se ha dicho de Jimmy Hendrix y Robert Johnson, grandes guitarristas, pero no porque su talento fuera dado por Dios, sino por haber pactado con satanás, sus muertes fueron misteriosas y el final trágico.
BREVE HISTORIA DE LOS INICIOS DEL ROCK SATÁNICO
La relación entre el rock y el satánico proviene desde los mismos orígenes del movimiento musical en la década de los cincuenta, donde precursores como Elvis Presley o Jerry Lee Lewis fueron duramente atacados por la Iglesia Católica por difundir el mensaje del maligno. El blues ya había sido objeto de persecución por la mayoría blanca norteamericana que consideraba aquella música como peligrosa para la moral wasp (White, Anglo, Saxon, Protestant).
A finales de la década de los sesenta, el rock y las nuevas “amenazas” llegaban desde Inglaterra, en donde The Rolling Stones con álbumes como Their Satanic Majestic Request (‘Al servicio de sus satánicas majestades’) y su clásico Sympathy for the devil (‘Simpatía por el demonio’) arrasaban en todas las listas de éxitos y en sus giras, donde llegaron a utilizar como guardaespaldas a los propios Hell´s Angels (‘Ángeles del infierno’).
Sus grandes competidores,The Beatles, tras sus experiencias con gurús indios, llegaban de nuevo al número 1 con The White Album en el que, según los defensores de la existencia de mensajes satánicos ocultos, aparecen los primeros mensajes subliminales en las canciones Revolution 1 y Revolution 9. John Lennon golpeaba en el núcleo de la moral católica al declarar en el inicio de una gira por Norteamérica que The Beatles eran más grandes que Dios, lo que les supuso la persecución de grupos integristas cristianos y la quema pública de sus discos. El asesinato, en 1980, de John Lennon por parte de un fanático fue también utilizado posteriormente por algunos dedos acusadores como prueba de su relación satánica. No sería el único caso en que la muerte de un miembro de un grupo acusado de satánico, sería utilizado para demostrar que quien utiliza la energía del demonio acaba siendo consumido por su eterna maldad; así, John Bonham (Led Zeppelín); Brian Jones (Rolling Stones); Bon Scott (AC-DC); Randy Rhoads (Ozzy Osbourne) o el propio Jimi Hendrix, muertos todos en extrañas o crueles circunstancias, sirven para alimentar el mito del pacto de los músicos con el diablo.
Mike Jagger y Keith Richards, de los Stones, llegaron a ser considerados la reencarnación de Lucifer y su ayudante Belcebú por parte de algunos de sus fans, llegando incluso a interesarse por proyectos cinematográficos como Lucifer rising oInvocation of my demon brother, que finalmente no se llevaron a cabo.
Otra banda inglesa de principios de los setenta, acusada de invocar a Satanás en todos sus discos, fueron los precursores del heavy metal, Black Sabbath, cuyo cantante, Ozzy Osbourne, pasaría a ser en los ochenta el principal enemigo de muchas organizaciones cristianas tras grabar canciones como Mr. Crowley, dedicada al mago “negro” Aleister Crowley que, a principios del s. XX, había fundado su propia religión tras pertenecer a diversas sociedades secretas, llegando a reunir en la abadía italiana de Cefalu a sus correligionarios donde practicaban ritos satánicos, en los que se mezclaba el sexo, la sangre…
La canción acusada de contener un mayor número de mensajes satánicos ocultos seria también de otro grupo inglés de los setenta, millonario en fama y ventas, Led Zeppelín y su gran éxito Stairway to Heaven (‘Escalera al cielo’) que se unió a la fama de amante de la ouija de su guitarrista, Jimmy Page, que llegó a vivir en una casa que había pertenecido al mago Alister Crowley, junto al Lago Ness.
Tras calmarse un poco las aguas, a principios de los ochenta, la irrupción del heavy metal volvería a abrir la caja de los truenos. Los australianos AC-DC, afincados en el Reino Unido, estaban en la cresta de la ola con su gran éxito Highway to Hell (‘Autopista al Infierno’) y otros menores como Hell aint a bad place to be (‘El infierno no es un mal sitio para vivir’) o Sin City (‘Ciudad del pecado’), llegando a aparecer su guitarrista Angus Young en los conciertos disfrazado con rabo y cuernos además de su uniforme de Daniel el Travieso. El éxito de la banda llevó a nuevos grupos como los también británicos Iron Maiden a lanzar el álbum The Number of the Beast (666, el numero asignado al Diablo), incluyendo en el mismo textos de la famosa Biblia Satánica de gran difusión entre los satanistas. La portada del disco, con el monstruoso Eddie dirigiendo como un titiritero a los hombres en forma de marionetas era demasiado para los grupos salvadores de la moral cristiana que iniciaron una campaña de censura, sobre todo en los Estados Unidos, lo que al igual que en el resto de los casos descritos supuso un efecto boomerang propagandístico para la banda que le permitió darse a conocer en este país.
Otros grupos, como Venom, precursores del estilo black metal no tuvieron tanta suerte, ya que tras argucias aduaneras, les prohibieron de manera permanente entrar en Estados Unidos; y es que los tres primeros discos de la banda, In league with Satan (‘Aliados de Satán’), Welcome to hell (‘Bienvenido al infierno’) y Black metal (‘Metal negro’) eran demasiado explícitos.
La semilla del binomio satanismo/éxito garantizado, supuso que los grupos norteamericanos se subiesen al carro iniciado por los británicos y empezasen a proliferar canciones como Burn in Hell (‘Arder en el infierno’, de Twisted Sister, Shout at the Devil (‘Grita al diablo’) de Motley Crue, o Hell awaits, de Slayer. Desde Texas, el grupo WASP (We Are Sexual Perverts; ‘Nosotros Somos Pervertidos Sexuales’) lanzaban su primera canción I Fuck Like a Beast (‘Follo como una bestia’) añadiendo más leña al fuego de la creciente polémica entre el rock y las asociaciones defensoras de la moral cristiana. Otro ex-cantante de Black Sabbath, Ronnie James Dio, creaba su propia banda y al igual que Ozzy Osbourne llenaba las portadas de sus discos de imágenes de Satanás, como la muy explicita Holy diver.
Los neoyorquinos KISS, también fueron acusados de esconder bajo sus siglas la frase Kids in Satan Service (‘Chicos al servicio de Satanás’). Los grupos norteamericanos defensores de la moral no tardarían en ponerse manos a la obra intentando parar esta situación, llegando a crear un lobby de poder, el PMRC, que mediante una iniciativa legislativa abanderada por Tipper Gore, esposa del futuro vicepresidente de los EE.UU., Al Gore, llegarían a imponer una pegatina avisando del peligro en el contenido de los discos que ellos consideraban oportuno censurar, incluyendo la sustitución de portadas de discos que pudiesen ser nocivas. La medida afectó a numerosas bandas, desde Prince, acusado de pornográfico, hasta los ya mencionados Iron Maiden. Una representación de músicos encabezada por Frank Zappa, llegó a tener que declarar en el Congreso, pero la iniciativa conservadora fracasaría al ver que los discos etiquetados como peligrosos eran los que más se vendían llegando a ser considerados como símbolos de libertad aquellos que llevaban el mensaje “EXPLICIT LYRICS” frente a aquellos que no lo contenían. La situación se trasladaría, una década después, al mundo del hip-hop y el rap, donde los raperos presumían de haber tenido un pasado en la cárcel y los que no lo habían tenido llegaban a inventárselo para poder ser respetados por el público.
Tras un periodo, donde el tema parecía haberse olvidado, la irrupción de la banda de Marylin Manson gracias a su álbum Antichrist Superstar, volvía a poner en el candelero la relación satanismo y rock. Marylin Manson, educado bajo el catolicismo más férreo, ya en los tiempos del instituto se había dado cuenta del éxito que suponían aquellos discos prohibidos de los ochenta entre sus amigos, generando todo un mercado de intercambio de los mismos entre sus compañeros. Años más tarde, al fundar la banda, tenía bien claro que unos toques satánicos le darían una popularidad gratuita necesaria para todo nuevo grupo; así, utilizó como productor de su gran éxito Antichrist Superstar a Trent Reznor que se había hecho famoso con su banda Nine Inch Nails tras grabar el disco The Downward Spiral en la mansión donde había sido asesinada la mujer del director de cine Roman Polanski, Sharon Tate, a manos de la secta satánica de Charlie Manson, del que —además— había adquirido el nombre para su banda. Para alimentar más el mito, Marylin Manson se hizo ordenar sacerdote por la Church of Satan (‘Iglesia Satánica’) del reverendo Antón Lavey escritor de la famosa Biblia Satánica, inspirada en textos de Nietzche y Aleister Crowley, que sugirió tantas cosas a estos y otros grupos musicales.
EL CASO DE JIMMY HENDRIX
Jimi Hendrix, fue un gran guitarrista, cantante y compositor estadounidense, fue considerado como el guitarrista número 1 por La revista “Rolling Stone” quien realizó una encuesta en la que participaron diferentes músicos actuales para decidir para escoger el mejor guitarrista de la historia.
Robert Johnson, es otro gran guitarrista de blues que además fue un cantante, compositor y guitarrista conocido como “El Rey del Delta blues”.
Sus grabaciones de 1936 a 1937 muestran una notable combinación de canto, habilidades de guitarra, y talento en la composición que influenciaron a generaciones de músicos, a pesar de solo haber dejado un registro de 29 canciones.
Sin embargo, su fama no procede de un gran talento innato, sino por haber pactado con Satanás. He aquí sus historias:
Jimi Hendrix, había invitado a un percusionista africano para que lo acompañara en la grabación de un álbum, este le pidió que le revelara qué maestro le había enseñado aquella manera de tocar la guitarra. Hendrix, se quedó sorprendido por la pregunta y respondió que era una forma de interpretar propia y original que no derivaba de ninguna enseñanza.
El africano no quedó satisfecho así que insistió en que Hendrix, tenía que haber recibido un conocimiento que se reflejaba en los ritmos especiales que lograba arrancar de las cuerdas del instrumento. Jimi Hendrix, ya un tanto irritado, le dijo:
“Mi abuelo fue un brujo de «voodoo» y utilizaba ese mismo ritmo para invocar a los espíritus de los muertos. A él se lo habían enseñado. Por eso sé que usted también tiene que haber recibido ese conocimiento de alguien”. ¿De quién creen Usted que lo recibió?
No está documentado como reaccionó Hendrix ante aquellas palabras. Sí consta que uno de sus grandes éxitos sería «Voodoo Child».
El 18 de septiembre de 1970, en Londres (Inglaterra), a los 27 años, James Marshall Hendrix, falleció debido a una mezcla de somníferos y alcohol y, al parecer, murió por aspiración de vómito, pero su muerte fue misteriosa porque su novia, Monika Dannemann, hablaría de que la había despertado pidiendo ayuda, petición que ella atendió llamando inmediatamente a una ambulancia. Sin embargo, la autopsia pondría de manifiesto que a la hora en que Hendrix, supuestamente habló con Monika llevaba varias horas muerto.
Otro caso paradigmático es el de Robert Johnson, considerado como el mejor guitarrista de blues de todos los tiempos, de quien puede leer su historia de un posible pacto con el diablo aquí.
Fuentes: Margen Cero, Noticia Cristiana, Signos de estos Tiempos
(http://forosdelavirgen.org/81553/las-figuras-satanicas-del-rock-recurso-publicitario-o-pactos-con-el-demonio-2014-09-12/)

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